En un café se vieron por
casualidad
cansados en el alma de tanto
andar,
ella tenía un clavel en la mano.
El se acercó, le preguntó si andaba bien
llegaba a la ventana en puntas de pie,
y la llevó a caminar por Corrientes.
¡Miren todos! Ellos solos
pueden más que el amor
y son más fuertes que el Olimpo.
Se escondieron en el centro
y en el baño de un bar s
ellaron todo con un beso.
Durante un mes vendieron rosas en La Paz,
presiento que no importaba nada más
entre los dos juntaban algo.
No sé por qué pero jamás los volví a ver.
Él carga con once y ella con seis.
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